La presencia de seres fantasmales que lloran en ríos por diversos motivos es una característica recurrente tanto de la mitología de los pueblos prehispánicos como de la cultura precolombina que, con la llegada de los españoles, fueron integrando sus rasgos

CRÉDITOS

Fuente: INAH | Información: LENINA RAMOS, KATHIA MARTÍNEZ Y ABRAHAM FLORES  | Programación: JUAN NAVA | Infografía: ARTURO BLACK FONSECA

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MILENIO DIARIO 2025

ORIGEN DE LA LEYENDA

La historia ha sido moldeada por diversas influencias culturales y sociales, convirtiéndose en un símbolo del folclore latinoamericano, y a pesar de sus distintas versiones, se mantiene su esencia como una figura trágica.

DEL PRESAGIO A LA LEYENDA

Antes de la llegada de los españoles, presagios anunciaron la caída del Imperio Mexica, uno de ellos fue la aparición de Cihuacóatl, diosa ataviada de blanco que lloraba sobre el lago de Texcoco, lamentando el destino de su pueblo con las palabras: “Ay, mis hijos, ¿dónde los llevaré?”. Este hecho fue visto como un augurio de la tragedia que se avecinaba.

OTRAS DAMAS BLANCAS

Las damas que penan no son únicas de México; el mito es universal, hay representaciones en países de por lo menos cuatro continentes, que ha fomentado su resonancia cultural.

ECOS DEL LUTO

La persistencia de las damas blancas en el folclor regional es solo el eco más famoso de un lamento que se repite en otras apariciones femeninas. Estas Damas Blancas, vestidas de pena eterna, son la perpetuación de un dolor que la memoria colectiva se niega a olvidar.

EPÍLOGO: DETRÁS DEL GRÁFICO

“En esta infografía de la Llorona y de sus variantes damas blancas destacan los temores compartidos de múltiples civilizaciones, demostrando que las historias de fantasmas son mucho más que superstición; se trata de expresiones de dolor, transformación y cambio.

Creencia y Miedo Persistentes: la leyenda perdura a través de la tradición oral, las advertencias de los mayores y la cultura popular. Muchas personas en todo México siguen reportando escuchar su lamento icónico, “¡Ay, mis hijos!”, o ver a una mujer de blanco cerca de cuerpos de agua. Esto mantiene la historia como una fuente de miedo inmediata y palpable.”