
Una radiografía de Puerto Rico; un escritor dispuesto a todo; el amor como un milagro; una reedición de un periodista mexicano; una investigación sobre un villano de la historia del país… conoce los libros que recomienda Laberinto esta semana.
Esto también es una casa
Como en otras ocasiones, en esta novela el escritor puertorriqueño expone una radiografía de su tierra natal, que históricamente ha padecido una doble condición. En el centro está una casa que funciona como hogar y ferretería y donde sus habitantes (un hijo, una madre, un padre, un abuelo) no son los mismos cuando están en uno o en otra. Allá se manifiestan como crueles, vulnerables, indiferentes. Acá pueden destilar compasión. Son gringos y también puertorriqueños.
Una escalera hacia el cielo
Ambientada en el mundo de las ambiciones literarias, esta novela sigue los pasos de un joven sin talento, pero atractivo para hombres y mujeres, que aspira a ser escritor. Un encuentro fortuito lo pone en la ruta de sus propósitos: robar las historias de aquellos que revelan su intimidad, y proyectos más secretos, ante su irresistible encanto. Boyne remite a un estado de cosas en el cual la grandeza literaria es sinónimo de fama y éxito comercial, por los cuales vale la pena sacrificarlo todo.
Virutas de un divorcio
Este volumen de cuentos tiene dos miras en el horizonte: el cuerpo y el alma, unidos por un irrenunciable sentimiento de culpa. Los encuentros solo anuncian el desencuentro, las ilusiones terminan siempre en malentendidos. No es raro entonces que el amor tenga la apariencia de un milagro. Catalina Murillo explora la psique humana con incisiva precisión, al tiempo que se desplaza por variadas épocas y geografías mientras pregunta qué significa el oficio de narrar.
Los once de la tribu
Reedición de este libro misceláneo, el cual reúne crónicas, artículos periodísticos, ensayos y entrevistas. Los personajes también son variopintos: Andy Warhol, Günter Grass, Gabriel Vargas, Jane Fonda, los Rolling Stones, Augusto Monterroso, el subcomandante Marcos, Ángel Fernández y Sergio Pitol, entre otros. Con todo, la literatura está en el centro. Para Villoro, Vargas y Fernández fueron renovadores del lenguaje popular. Uno de sus mejores trabajos.
Victoriano Huerta
Como el investigador mexicano deja claro en el prólogo, Victoriano Huerta es nuestro indiscutible villano del siglo XX. Según explica, esta imagen empezó a difundirse a partir de Carranza, quien quería que Huerta fuera recordado como un dictador peor que Porfirio Díaz. Ortoll lamenta que en ningún archivo oficial haya un expediente sobre él. Aunque es innegable que Huerta ordenó muchas muertes, las de Madero y Pino Suárez no están plenamente confirmadas.
AQ / MCB