Derry no es solo un pueblo ficticio en el universo de Stephen King, es un espejo de Estados Unidos, un lugar donde los miedos más profundos de la sociedad se manifiestan, donde el terror no nace exclusivamente del payaso que acecha las alcantarilas, sino de los temores colectivos: la discriminación, el racismo, la violencia que se normaliza y la ansiedad de una sociedad amenazada por la Guerra Fría.
IT no es solo una historia de horror, es un estudio sobre cómo el miedo se infiltra en la memoria colectiva, cómo la comunidad lo reproduce y cómo los secretos de generaciones moldean a sus habitantes. Bienvenidos a Derry, la nueva serie de HBO y Warner, retoma esa esencia para expandir la mitología de la novela, mientras invita al espectador a reflexionar sobre los miedos que persisten hoy.
“La serie, tanto como las películas, refleja la visión crítica que Stephen King tiene sobre la sociedad, sobre la sociedad americana en particular. Y en esa época, específicamente en los 60, había definitivamente una crisis social que tiene que ver con la discriminación, que es uno de los temas de nuestra serie”, dijo a MILENIO Andy Muschietti, quien vuelve junto a Bárbara para esta etapa de la historia.
“Es una especie de visión de lo que era la historia en 1962 en América: la Guerra Fría, el miedo que tenían los niños en esa época, bueno, todo el mundo, a un ataque nuclear, y un estado de ansiedad y estrés casi permanente por una crisis mundial como esa”, agregó Andy sobre el terror que, en Welcome to Derry, no es solo sobrenatural, es sistémico, porque está incrustado en la estructura del pueblo.
Para los hermanos Muschietti, regresar a Derry no fue un acto de nostalgia, sino de continuidad, “nunca dejamos el universo de Stephen King, en realidad no hemos terminado la historia”, dijo Bárbara Muschietti, productora ejecutiva y co-creadora del proyecto, “lo que nos permite la serie es dedicarle más tiempo a los personajes y a sus arcos emocionales”, agregó Andy, director y productor ejecutivo.
Los showrunners Jason Fuchs y Brad Caleb Kane abrazaron esta idea desde el principio, ver a Derry como un espejo social:
“La historia habla sobre lo que fractura a una familia que es muy unida”, explicó Fuchs, mientras Kane añadió que hacer una serie les permite crear personajes “más identificables y más cercanos con la audiencia, y cuando eso ocurre, las personas temen aún más por lo que pueda pasarles”.
Fuchs va más allá, Derry siempre ha sido, desde el libro de Stephen King hasta las películas de Andy y Bárbara, un microcosmos del mundo, “esta es una historia sobre cómo se usa el miedo como arma: cómo puede dividirnos y enfrentarnos unos a otros. Y la serie aborda eso de una forma que se siente relevante tanto en 1962 como hoy. Se trata de cómo el miedo se usa para desensibilizarnos”.
“Esta historia sigue a personajes que se niegan a volverse insensibles, que luchan por despertar a los demás para hacer lo necesario para vencer ese terror y ese miedo. Y tristemente, ese sigue siendo un mensaje universal, tan vigente hoy como siempre”, agregó el showrunner, sobre esa estructura que atraviesa a la serie, porque el horror no proviene únicamente del payaso Pennywise.
El horror del racismo y la discriminación, base de Bienvenidos a Derry
En el centro de la historia está la familia Hanlon, ellos son los ojos a través de los cuales se revela la oscuridad de la comunidad. Taylour Paige (Charlotte) lo explicó:
“Es humano tener miedo y considerar la parte oscura de la psique. Aquí se manifiesta de una manera extrema, un payaso que mata niños, pero también está la complicidad de mirar a otro lado, de permitir que las cosas ocurran”.
Esta familia representa el eje emocional de la historia, pero también encarna el peso de vivir en una sociedad que define a las personas por su color, su rol y su función dentro del orden establecido. Para Jovan Adepo, interpretar a LeRoy, esposo de Charlotte, fue entender esa tensión entre el amor a la familia y el deber, entre presencia y ausencia, “mi papá también estuvo en el ejército, conocía la dinámica”.
“Lo más interesante fue explorar la humanidad que estaba escrita en estos personajes, ese deseo de hacer lo mejor por tu familia, pero al mismo tiempo distraído por la carrera, por la búsqueda de algo más grande. Eso lo vuelve profundamente humano”, explicó Adepo, sobre cómo la figura paterna no es solo un refugio, sino un reflejo de una época donde la masculinidad se definía por el control y el deber.
Taylour llevó está idea mucho más allá del ámbito familiar, para hacer un reflejo de cómo la historia también apunta a la resistencia y la identidad, porque “ser un hombre negro en 1962 era tener opciones limitadas, pero ser mujer también implicaba a renunciar a los sueños”, para la actriz, Charlotte lleva sobre los hombros ese peso, “ser ancla emocional, asumir el ser la madre que da forma a la sociedad”.
El pasado también es un monstruo
La serie también recupera uno de los grandes temas de Stephen King: la memoria. Aquello que Derry entierra, literal y simbólicamente, siempre regresa: “En el libro, la estructura del pasado está hecha con preguntas. Los interludios de Mike Hanlon son truncos, no sabemos todo. Pero quisimos poner las piezas en el rompecabezas, explorar eventos crípticos como el fuego de Black Spot y otras historias olvidadas”, dijo Andy.
En esa decisión narrativa se siente la herencia de King, el pasado como un laberinto moral del que nadie sale ileso. En el caso de Black Spot, el bar clandestino que fue incendiado por motivos racistas, “hay muchas preguntas que son contestadas en la serie. Con el fuego del Black Spot construimos un caso importante, es uno de los grandes hechos crípticos del libro”, explicó Andy sobre las aportaciones a la historia.
La diversidad en Derry
En el caso de Stephen Rider, el miedo en Welcome to Derry está profundamente ligado a la identidad y a la historia de una comunidad que ha decidido aprender a resistir. La serie le permitió explorar “las complejidades de las comunidades de las que venimos”, desde un lugar emocional y humano, “la familia negra ha luchado mucho tiempo en este país, compartimos una historia de resistencia y dolor”.
Para Chris Chalk, dar vida a Dick Halloran, el personaje que conecta varios de los relatos dentro del universo de Stephen King, significó un ejercicio de herencia artística y emocional, “siempre es un regalo”, dijo el actor, consciente del peso simbólico de su personaje. Más que reinventarlo Chalk se propuso honrarlo, “hay una base de fans y es una historia establecida, eso me da libertad de hacer mi trabajo”.
En Bienvenidos a Derry, el horror adquiere una raíz espiritual y ancestral. Kimberly Guerrero entienda esa conexión invisible entre el miedo y la memoria de los pueblos que fueron borrados de la historia, “como mujer indígena fue muy poderoso y significativo”, dijo la actriz, reconociendo que parte del horror en la obra de Stephen King nace de un hecho que rara vez se nombra, el trauma del genocidio.
“Hay un trasfondo en gran parte del horror de Stephen King que está arraigado en un tipo de conocimiento indígena no hablado, no explorado, en sus mitos y tradiciones, e incluso en el trauma del genocidio. Así que, me sentí muy honrada de ser quien lleva este conocimiento encarnado en la pantalla y de poder ayudar a desentrañarlo en nuestra narrativa en Bienvenidos a Derry”, explicó la actriz.
El personaje del general Shaw, interpretado por James Remar, se mueve en la frontera entre el deber y el vacío emocional. Su vida está regida por la devoción a una causa que le da sentido, pero también lo encierra, “ese deber le ayuda a superar sus miedos y su soledad”, explicó el actor, “la única vez que fue feliz fue a los nueve años jugando con Rose” ese recuerdo lo persigue y conduce de regreso a Derry.
La serie devuelve al terror su sentido más puro, el de un espejo que refleja lo que una comunidad se niega a ver. Como en la obra de King, el miedo aquí es una fuerza que atraviesa generaciones y revela que los verdaderos monstruos no están en la alcantarilla, sino en la indiferencia colectiva. Derry nos recuerda que el miedo siempre encuentra el modo de volver. Así que, sean Bienvenidos a Derry.