En las afueras de Dublín se respira miedo, familias que han solicitado asilo en la capital irlandesa viven protegidas en Saggart por tres cordones policiales, no quieren que sus hijos vayan al colegio, temen por lo que les pueda pasar.
La crisis que viven ha dejado un balance de 23 nuevas detenciones y dos agentes de la Garda (policía irlandesa) heridos durante la última noche de disturbios, uno de los cuales recibió un botellazo en la cabeza.
Estas detenciones se suman a las siete realizadas previamente por su implicación en los incidentes frente al hotel CityWest, elevando el total a 30 arrestos desde que estalló la violencia el martes. El miércoles, cinco hombres de entre 40 y 50 años ya habían comparecido ante el tribunal acusados de alterar el orden público, en una espiral de tensión que mantiene en vilo a la ciudad.
Supuesto ataque a niña
La chispa que despertó la ola de violencia saltó el lunes pasado, cuando un hombre de 26 años fue acusado de agredir sexualmente a una niña de 10 años en las inmediaciones del citado hotel.
Según medios locales, el presunto agresor es un solicitante de asilo de origen africano, aunque las autoridades no han confirmado oficialmente esta información. La víctima se encontraba bajo la tutela del Estado y conforme ha confirmado la agencia de protección infantil Tusla, se había fugado durante una salida al centro de la ciudad antes de lo sucedido.
El hotel CityWest es parte de un complejo de 6.7 hectáreas comprado por el Estado irlandés y que funciona como un centro de alojamiento permanente para la Protección Internacional (IPAS), de migrantes.
En total, alberga a más de 2 mil 400 personas. El centro de tránsito da cobijo a 460 adultos solicitantes de asilo, mientras que un centro IPAS adyacente acoge a unas 800 personas, incluyendo más de 300 niños. Además, el hotel alberga a unos mil 200 refugiados ucranianos.
Enfrentamiento en manifestación:
????????In Dublin, Ireland: an illegal invader tries to kidnap a little girl.
— The Christian Nationalist Party (@the_christnats) October 24, 2025
Furious locals react to the sitaution with fury.
The Irish will NEVER surrender their children! pic.twitter.com/GuayWBzuUM
Datos oficiales señalan que entre 20 por ciento y 25 por ciento de los residentes padecen dos o más enfermedades crónicas. Además de albergar a mujeres embarazadas, esto debido a la cercanía con diversos centros médicos de la capital. Es decir, está pensado como un punto estratégico para atender de manera adecuada a todos los migrantes con necesidades médicas.
En medio de la tensión, residentes del centro como Samir expresaron su temor a los medios irlandeses. "Sentí mucho miedo cuando comenzó la violencia, pero la amabilidad, el cuidado y el apoyo de los voluntarios realmente nos dieron fuerza", dijo. Y añadió: "No estamos aquí para quitarle nada a nadie; solo queremos seguridad, paz y la oportunidad de vivir una vida normal. Espero que la gente pueda vernos como seres humanos” pedía ante los micrófonos después de vivir los actos violentos del pasado miércoles en los que más de mil manifestantes cargaron contra los agentes y en los que el ver cómo ardía un auto de la policía justo en la puerta de lo que por ahora es su casa.
El primer ministro irlandés, Micheal Martin, a través de un comunicado, condenó el "desorden violento" y los "abusos repugnantes" contra la policía. Reconociendo la "preocupación, la ira y la angustia" de la gente, el gobernante admitió que "está claro que hubo una falla aquí en cuanto a la obligación del Estado de proteger a esta niña”.
Por su parte, el ministro de Justicia e Inmigración, Jim O’Callaghan, calificó los hechos de "violencia brutal" y advirtió de que "habrá más arrestos". A su vez, lamentó que "la utilización de un delito por parte de personas que buscan sembrar división en nuestra sociedad no es inesperada”.
En este tenso escenario, Irlanda se prepara para elegir a su décimo presidente. El cargo, aunque de carácter principalmente simbólico (como jefe de Estado y, en cambio, el primer ministro es el que ostenta el gobierno), ha tenido un peso político relevante durante los catorce años de Michael D. Higgins.
La pugna se concentra entre la diputada independiente de izquierda Catherine Connolly (favorita con un 44 por ciento en los sondeos) y la democristiana Heather Humphreys (25 por ciento), del partido de gobierno Fine Gael.
En un distante tercer lugar, tras un escándalo financiero, se encuentra Jim Gavin, figura del fútbol gaélico. Una victoria de Connolly, como pronostican las encuestas, supondría un giro más hacia la izquierda para el país y un nuevo desafío para el Ejecutivo de centroderecha de Micheál Martin, que lidia con una oposición fortalecida del Sinn Féin.
Antecedentes de protestas ultranacionalistas
Este no es el primer episodio de violencia de estas características en Dublín. Hace dos años, la ciudad vivió una situación casi idéntica cuando un hombre de 50 años apuñaló a cinco personas, entre ellas tres niños, frente a una guardería.
Aquel suceso, en el que las autoridades tampoco confirmaron inicialmente la nacionalidad del sospechoso, desató protestas violentas en contra de los migrantes que resultaron en 34 detenciones. El comisario jefe de la Gardaí, Drew Harris, mantuvo entonces la mente abierta sobre el móvil, evitando especular con el terrorismo.
La repetición de estos hechos evidencia una fractura social latente en Irlanda, donde incidentes criminales aislados son utilizados por grupos ultranacionalistas para avivar el discurso del odio y la xenofobia a través de canales de WhatsApp y Telegram, desafiando la respuesta del Estado y la cohesión de la sociedad irlandesa.
SNGZ