Política

La explosión de la pipa de gas

Ahora todo el mundo ama a Iztapalapa, incluso aquellos que llevan años hablando mal de esa alcaldía, tirándole “hate” a Clara Brugada desde los tiempos de AMLO, burlándose de las mujeres y de los hombres de ahí por “nacas”, por “nacos”.

¿Pero saben qué? El pueblo no es tonto. El pueblo tiene memoria. El pueblo no les cree ni tantito.

La pregunta es: ¿pueden dormir tranquilas, tranquilos? ¿Pueden mirar a sus hijas y a sus hijos a los ojos? ¿Se sienten bien cuando cobran?

Hablemos de la explosión de la pipa de gas en Iztapalapa.

No es un tema político. No es un tema empresarial. No es un “show”.

Fue una tragedia. Fue un accidente. Fue algo dolorosísimo.

Primero: las víctimas, sus familias, la gente.

Sí, yo sé que es muy buen negocio calentarle el alma a las audiencias y jugar a la indignación, jugar a buscar culpables, jugar a querer castigar a alguien.

¡No! Primero las víctimas, sus familias, la gente.

Así como los medios y las redes de otros países se unen con las víctimas cuando ocurren esta clase de desgracias, nuestros medios y nuestras redes debieron haber hecho lo mismo.

Es verdaderamente inmoral subir imágenes sin la más mínima responsabilidad, sin la más mínima advertencia, sin el más mínimo sentido.

Nuestras autoridades hicieron lo que se tenía que hacer. Siguen haciendo lo que se tiene que hacer.

Obviamente seguirá fluyendo la información oficial y la experiencia generará un cambio.

El dolor, ese dolor por lo que sucedió, jamás se irá. Seguirán doliendo las heridas. Seguirán doliendo las ausencias.

¿Cuál es la nota? La increíble calidad humana del pueblo de México.

La capital de nuestro país ha sufrido tantas tragedias desde su fundación que la población ya sabe qué hacer, por ejemplo, cuando hay un temblor.

Pero nada ni nadie preparó a las mujeres y a los hombres de Ciudad de México para la explosión de una pipa de gas en un lugar tan concurrido en hora pico.

Ocurrió lo que todas y todas sabemos. Lo “normal” es que la gente huya despavorida.

¿Qué hicieron las mexicanas? ¿Qué hicieron los mexicanos? Corrieron a ayudar.

Eso es admirable. Eso habla de lo que somos. Eso habla de nuestros valores.

Nadie ganaba nada con acercarse a tender la mano. Al contrario, era un riesgo. Y la sociedad se acercó.

Y ni modo de decir, como aman los medios y las redes, que fue por morbo, que fue para el saqueo.

¡No! Mujeres y hombres como usted o como yo se acercaron para ver en qué ayudaban.

Son incontables las historias de calidad humana alrededor de esta explosión.

Desde policías ayudando a adultas mayores hasta las de familias enteras que se pusieron a preparar tortas, con su tiempo, con su dinero, para llevárselas a las víctimas.

Perdón pero esto es superior a cualquier cosa. Y es en este punto donde yo también quiero reconocer la respuesta de otras instancias que de inmediato se sumaron a todo este amor como la Fundación Teletón, como la Fundación Michou y Mau, y como los estudiantes de la FES Zaragoza.

Lo que sucedió en Iztapalapa no es un tema político. No es un tema empresarial. No es un “show”.

Fue una tragedia. Fue un accidente. Fue algo dolorosísimo.

Y el pueblo de México, una vez más sacó la casta.

Por favor, aprendamos de estas personas y arropemos con amor a las víctimas, a sus familias y a su gente. Nos necesitan.


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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