Robbie — el robot niñera en los cuentos de Isaac Asimov — es uno de los personajes, irónicamente, más empáticos de la literatura con la que muchos crecimos. Particularmente los amantes de la ciencia ficción. De ahí que la referencia colectiva para un par de generaciones sea Robotina (Rosie) de Los Supersónicos, la serie que nos prometió que la vida godín seguiría a pesar de los autos voladores (que no vemos para cuándo), pero que sí estaba en horario para darnos una asistente robot en las labores domésticas. Tomen en cuenta que la caricatura sesentera de Hanna-Barbera estaba situada 100 años en el futuro a partir de su estreno — básicamente 2062. Nos quedan solo 37 años para llegar.
Quizás por esas referencias, noticias como la de Neo, el robot presentado en preventa por la compañía 1X Technologies, encienden tanto nuestra imaginación como nuestras peores pesadillas. Un androide de aspecto amable, suéter tejido y cara serena que, en teoría, ayudará con las tareas del hogar. Pero ojo: en teoría. Porque, por ahora, Neo todavía no sabe hacer nada solo. Literalmente nada sin supervisión humana. Y aun así cuesta 20 mil dólares.
A diferencia de modas tecnológicas que prometieron cambiarlo todo — como el 3D en los cines, que nunca termina de funcionar — esto parece que sí llegó para quedarse. Así que, mientras Neo aprende a doblar la ropa, más vale que nosotros reinventemos lo que significa trabajar. Porque si algo nos enseñó Asimov — y luego Robotina — es que la humanidad debe ser comprendida más allá de sus habilidades laborales, o si no, estaremos en serios problemas.