En la ciudad de León, la veneración a la Santa Muerte ha crecido en los últimos años gracias a los favores que, según los mismos devotos, aseguran haber recibido.
Enfermedades superadas, problemas económicos solucionados o protección frente a situaciones de riesgo son algunas de las razones por las que cientos de personas se acercan a ella.
Pese a que el 15 de agosto es considerada la fecha principal para la veneración y las festividades —que incluyen oraciones y procesiones—, también se le celebra el 2 de noviembre, en el Día de Muertos.
A esto se suma que los días 13 de cada mes los devotos se reúnen en casas o lugares donde tienen altares para rendir homenaje a la figura conocida como “La Niña Blanca” y realizar algún tipo de ofrenda en señal de gratitud por los favores recibidos.
Entre estas ofrendas se incluyen veladoras blancas, flores naturales (no artificiales), tequila, aguardiente, cigarros, manzanas, sus mañanitas y música en general. Se ofrecen estos elementos porque, según la Biblia de la Santa Muerte, son los que ella prefiere.
El auge de los devotos
Juan Hernández, dirigente de la Casa Espiritual de la Santa Muerte en León, aseguró que el número de devotos ha aumentado hasta un 50 por ciento en el último año, especialmente durante las celebraciones del 1 y 2 de noviembre, fechas en las que los creyentes rinden homenaje a la imagen que consideran protectora y milagrosa.
“Desde hace 15 años soy creyente de la Santa Muerte; cada año ha venido en aumento. Anteriormente, cuando hacíamos nuestras reuniones, eran como 100 personas las que venían, y en los últimos años ya ni cabemos, somos como 250 o más. También cuando se hace la festividad para el Día de Muertos de nuestra ‘Niña Blanca’, era común ver más de mil devotos, pero ahora te puedo decir que hasta 2 mil creyentes por los diversos favores que nos ha hecho”, relató Juan.
Una capilla en construcción en Belisario Domínguez
Sobre la calle Belisario Domínguez, en la colonia Bellavista, se puede ver uno de los principales altares a la Santa Muerte en León, ubicado en la pared de una finca abandonada.
En cualquier fecha tiene un par de veladoras, pero al acercarse el 2 de noviembre, aseguran los vecinos, estas se multiplican al igual que las ofrendas que se colocan. Ya se pueden ver flores, fruta, bebidas, imágenes y hasta cigarrillos. La imagen es respetada y no ha sido dañada por grafitis.
A menos de 50 metros de esa imagen ya se construye lo que será su primera capilla en León, en honor a la Santa Muerte. La obra es financiada por comerciantes del mercado Aldama.
Antonio Segura, comerciante de la calle Belisario Domínguez, explicó que la construcción comenzó el pasado 6 de octubre. La capilla mide 1.5 metros de ancho, dos metros de profundidad y 2.5 metros de altura. Esperan concluirla antes de este domingo para celebrar ahí el Día de Muertos.
Esa calle y otras más de la zona son identificadas por autoridades de seguridad como puntos de venta de droga.
Un antecedente violento
Hace un año, durante la celebración a la Santa Muerte en León, tres personas fueron asesinadas y otras ocho resultaron heridas.
Los hechos ocurrieron la noche del 2 de noviembre de 2024, en la colonia Flores Magón, donde cada año se realiza una fiesta en honor a la llamada “Niña Blanca”.
De acuerdo con los reportes, un grupo de hombres armados arribó a la esquina de las calles Cuatro y Luis Long, donde decenas de personas participaban en la celebración. Los agresores abrieron fuego contra los asistentes y posteriormente huyeron del lugar.
En el ataque murieron tres mujeres y resultaron lesionadas ocho personas, entre ellas un niño y una niña.
Rezos, altares y música para la Niña Blanca
Juan Hernández explicó que la celebración para la “Niña Blanca” este 2 de noviembre incluirá rezos, procesiones y la colocación de altares con veladoras, dulces, flores, cigarros, manzanas, tequila y otros objetos que los devotos ofrecen como muestra de respeto y gratitud.
Incluso aseguró que, en algunas ocasiones, los asistentes se organizan para contratar mariachis.
En León, una de las principales festividades se realiza en la colonia Flores Magón. Se cierran un par de cuadras y, ante las miradas de todos, se da la celebración donde acude gente de todas las edades, hombres y mujeres.
“Hay regalos que damos como muestra de agradecimiento, desde dulces hasta veladoras”, comentó Hernández.
Al igual que Gabriela Piña, el dirigente coincidió en que los creyentes consideran que la Santa Muerte ofrece protección frente a la violencia, la enfermedad y los problemas económicos, y que cumple favores a quienes le guardan fe.
Así será la celebración este 2 de noviembre
Este domingo 2 de noviembre la celebración comenzará desde las 4:00 de la tarde. Los asistentes comparten una comida comunitaria con platillos que cada persona lleva, como chilaquiles, sopas y guisos.
Alrededor de las 6 de la tarde comenzará la música y cerca de las 8:00 de la noche se rezará un rosario. Durante esta parte, uno de los líderes limpia a los presentes con incienso como parte de un ritual para apoyar sus peticiones.
Después de las 22:00 horas inicia el baile, que puede realizarse con sonido o con música aportada por los devotos. Se estima que la celebración concluya cerca de la 1 de la madrugada.
Esta es de las pocas festividades públicas, pues su devoción no es del todo bien vista, por lo que la mayoría de reuniones suelen realizarse en domicilios particulares.
“Ella llegó cuando más la necesitaba”
Para Gabriela Piña Espinoza, creyente de la Santa Muerte desde hace cuatro años, su devoción por la “Niña Blanca” comenzó en un momento complicado de su vida, cuando sentía que ya no había salida. Explicó que “la Santa Muerte nos escoge” y que, a través de un regalo de la figura de color blanco, le brindó apoyo y cumplió sus peticiones.
“Ella llegó cuando yo la ocupaba, en un momento en que estaba demasiado atorada en muchas cuestiones, tanto económicas como morales. Me sentía hundida en un fango, y llegó una persona y me la obsequió: ‘te regalo la Santa Muerte’”, dijo.
Según Gabriela, para el 2 de noviembre se rezan rosarios, generalmente iniciando nueve días antes de su festividad, a partir del 25 de octubre, combinando la tradición católica con la devoción particular a la Santa Muerte.
Sin embargo, destacó la importancia de pedir permiso a la Santa Muerte antes de asistir a alguna misa u otro tipo de oración, como muestra de lealtad y respeto hacia ella.
“Yo, como respeto, le pido permiso para asistir a un lugar donde hay diferentes oraciones, para asistir a otro lado. Y yo siento que ella no lo toma mal, porque la lealtad que tenemos hacia ella y el respeto son lo más importante”, expresó.
La historia mística de “Sara”, la Santa Muerte
Gabriela explicó que la figura de la Santa Muerte, a quien también llaman “Sara”, tuvo una vida como cualquier persona: se casó y tuvo hijos. Sin embargo, su historia se tornó especial tras su muerte, cuando fue elegida por Dios para convertirse en el ángel encargado de acompañar las almas al más allá.
Su primera misión, dice, fue recoger el alma de una niña de seis años, a quien entregó a Dios siguiendo su encargo divino.
Relata que, para cumplir con esta labor, la Santa Muerte pidió a Dios que le quitara todo lo humano: su piel, su oído y su vista, con el fin de no sentir, escuchar ni ver el sufrimiento de las personas al morir.
Este desprendimiento de lo terrenal es la razón por la que se le representa como un esqueleto y por la que sus devotos consideran que actúa con imparcialidad y sin dolor al cumplir sus favores.
“Por eso me dicen que, ¿por qué es un esqueleto? Ella pidió que le quitaran todo para no sentir cuando las almas, cuando las personas mueren y lloran cuando van por ellas. No quiere sentir, no quiere escuchar, no quiere ver cómo sufren. Entonces por eso le pide a Dios eso: que le quite la piel, el oído, la vista, todo”, relató.