Hace unos días nos enteramos que Plata, una de las fintech que tienen su sede en CdMx, obtuvo 250 millones de dólares de inversión en una ronda en la que su valuación se disparó a 3 mil 100 millones de dólares.
Una valuación de ese tamaño implica que sus inversionistas están dispuestos a aceptar que esa empresa, que comenzó a operar apenas en 2023, vale hoy más que bancos como BanRegio o Banco del Bajío.
Esto tiene asombrado a más de una persona. ¿Cómo es que esta nueva empresa, que se especializa exclusivamente en tarjetas de crédito, puede valer más que instituciones sumamente arraigadas, que brindan todo tipo de servicios financieros a cientos de miles de personas y empresas, y que además generan miles de millones de utilidades cada año?
De entrada, vale la pena destacar que esta es la segunda vez en el año que Plata presume una gigantesca ronda de inversión: apenas en marzo dijeron haber conseguido 160 millones de dólares de parte de varios inversionistas, quienes en el acuerdo le estaban reconociendo un valor de mil 500 millones a dicha organización.
O sea, su valuación se habría más que duplicado en apenas unos meses. Esto lo explican en parte porque aseguran estar creciendo muchísimo en clientes: en agosto del año pasado tenían 500 mil clientes, para marzo esa cifra había crecido a un millón, y ahora hablan de algo así como 2 millones de clientes.
A las firmas de venture capital, estos ritmos de crecimiento les resultan irresistibles. Más aún si consideramos que en este caso en particular la fintech consiguió ya una licencia bancaria y está en proceso de convertirse formalmente en un banco.
¿Es eso suficiente como para pensar que este es un negocio que vale más de 3 mil millones de dólares? ¿Más del doble de lo que vale Televisa? ¿Tres veces lo que vale Volaris?
Pues depende a quién le preguntes. Para quienes invirtieron en esa valuación, lo importante no son esos 3 mil 100 millones, sino que le están apostando a que va a valer mucho más. Su razonamiento es ‘deja me meto como accionista de una vez, porque esa empresa en poco tiempo va a triplicar o cuadriplicar su valor’. De suceder esto, Plata tendría que superar el market cap de empresas como Gruma, Asur o quizás incluso el de Cemex.
¿Se puede? Por supuesto que sí —al menos técnicamente hablando. ¿Qué tan probable es que algo así suceda? Otra vez: depende a quien le preguntes. Lo que es indudable es que las “reglas” de múltiplos y las valuaciones en el ecosistema emprendedor suelen ser muy diferentes a las del “mundo tradicional”. Pero sí, en algún momento esos dos mundos se juntan. Eso se convierte en la hora de la verdad.
Por lo pronto, las fintech en México están —nuevamente— en la mira de los inversionistas. O bueno, de cierto tipo de inversionistas. Plata no es la única que ha obtenido millones de dólares de inversión en 2025: Klar (también especializada en tarjetas de crédito) recibió algo así como 190 millones de dólares, mientras que a Félix Pago, de remesas, le están apostando 75 millones de dólares (entre otras).
Más allá de “la gloria” de haber logrado una valuación de este tamaño, el equipo de Plata ahora se enfrenta a una muy dura realidad: para que sus inversionistas terminen ganando dinero tienen que crecer más y más, y a la vez asegurarse que esta empresa que están construyendo se convierta en un negocio extraordinario —y eso implicará, en algún momento no muy lejano, que sea capaz de generar flujos impresionantes. Agarraron un supercompromiso.
Veamos.